Hoy es un día de esos
en que me gusta recordar fantasías que nunca ocurrieron, como la que disfruté
contigo.
Es la historia de un
día, del instante posterior a la tarde sin entrar aún en la noche, de ese día
en que una vez más hicimos el amor, eso que nos parecía prohibido además de
imposible.
No sé si recuerdas,
pero tras hacerlo te quedaste en la cama, relajada, rendida, exhausta y
satisfecha. Yo sólo me pude quedar un ratito junto a ti, cosa que sabes que me
gusta, pero me tenía que marchar, pues lo prohibido es lo que tiene… Así que me
vestí, despacio, mirando tu cuerpo desnudo sobre la cama, sin creerme que yo
pudiese disfrutar de él, hasta que una vez vestido, me incliné sobre ti, besé
tus labios expuestos y te dije que me marchaba. Tú te quedaste en la cama
descansando, hasta que las obligaciones te hicieron volver a la realidad.