domingo, 22 de marzo de 2015

La última cena del trabajo (2ª parte)




En la primera parte de esta historia contaba cómo me lié con mi compañera Mamen en una cena de trabajo, y por supuesto cómo follamos apasionadamente en los aseos del restaurante donde tenía lugar la cena. Dejé la historia en el punto en que, tras la cena, ella y yo íbamos en un taxi a su casa sin que nuestras manos y nuestras bocas parasen quietas en el asiento de atrás.


Tras ir pegándonos el lote así en el taxi, con alguna que otra mirada del taxista por el retrovisor, llegamos por fin a su casa. Pagué el taxi y bajamos. Llegamos al portal. Mamen sacó las llaves de su bolso y abrió la puerta mientras yo no veía el momento de llegar a su casa y volvérmela a follar.

sábado, 21 de marzo de 2015

La última cena del trabajo (1ª parte)



Mi centro de trabajo es bastante peculiar. Por supuesto que se trabaja como en todas partes, o más, pero también hay muchas ganas de fiesta. De hecho una vez al mes, o incluso cada menos tiempo, alguien propone una cena. Se cuelga un cartel en el tablón de anuncios y la gente se va apuntando para luego ir un buen número a la cena.


Si he de decir la verdad tanta cena llega a cansar, así que ya no va todo el mundo a todas las cenas. Yo soy de los que va más de lo que debería pues en las últimas ocasiones acabé aburrido y viendo como algunos decían tonterías influidos por el alcohol. Pero cuando vi que había una cena para hace un par de sábados decidí darles una oportunidad más y me apunté.

jueves, 19 de marzo de 2015

Publicaré vuestro UNDERBOOB como protesta contra el gobierno tailandés



Hoy no voy a contar ninguna historia, sino que voy a hablar sobre algo que me sorprendió ayer. No es otra cosa que la noticia de que el gobierno de Tailandia podría penar con hasta cinco años de cárcel la publicación en las redes sociales de los selfies underboob, que se han puesto de moda desde hace algunos meses. A mí esta noticia me pareció un ataque descomunal contra la libertad de Internet, y más aún en el terreno sensual en el que se mueve mi blog. No entiendo qué daño puede hacer una foto underboob a nadie, puesto que lo único que pueden conseguir esas fotos es que quienes las vemos nos pongamos calientes, lo mismo que busco yo cuando cuento mis aventuras. ¿Acaso prohibirán mi blog en Tailandia?


Pero bueno, puede haber gente que todavía no sepa qué es un underboob. Para quienes no sepan inglés, imagino que muchos políticos que me lean, je, je, underbob es la combinación de under, que podríamos traducir por bajo o debajo, y de boob, que sería teta. Luego underboob, vendría a ser “bajoteta”, como un escote al revés vamos. Por tanto un underboob no es más que una autofoto en la que se muestra la parte inferior de los pechos. No se muestran pechos al completo, ni mucho menos pezones, por lo que las fotos suelen pasar la censura de redes sociales como Instagram, por suerte para nuestro disfrute claro. Además, en buena parte de los casos las mujeres que se hacen un selfie underboob no muestran su cara, con excepciones, como por ejemplo como las cantantes Jennifer Lopez o Rihanna, entre otras famosas.

domingo, 8 de marzo de 2015

Extraño despertar



Abro los ojos. La luz que entra por las rendijas de la persiana ilumina un poco la habitación pero extrañamente es como si viniese de la izquierda de la cama, y no de la derecha como siempre. Con una sonrisa pienso que sería interesante que ahora el sol saliese por el oeste. Aunque al pensar veo que tengo la cabeza embotada, como si anoche hubiese bebido un poco más de la cuenta, y recuerdo: ¡la cena de trabajo! Por eso todo está al revés, ¡soy yo el que está del revés!


Voy a mirar la hora en mi reloj de pulsera. Acerco el brazo izquierdo hacia mí pero no puedo… ¡Ni siquiera controlo mis músculos!, y vuelvo a sonreír. De nuevo trato de acercar el brazo, pero me doy cuenta de que no depende de mí. ¡Hay algo que tira de él! Parece una cinta. Trato de llevar el brazo derecho para desengancharla pero tampoco puedo, ¡está también enganchado!

martes, 3 de marzo de 2015

Un buen corte de pelo



El pasado miércoles me miré al espejo mientras me peinaba y vi que ya me tocaba un buen corte de pelo. De normal me gusta llevar el pelo corto, y esta vez me había pasado un poco pues por el cuello asomaban unos pelos desastrosos y por encima de las orejas ya asomaban también los pelos. ¡A veces soy un desastre! Y no es porque no me guste ir a la peluquería, al contrario, con lo bien que me trata mi peluquera. Así que cogí mi móvil y llamé a mi peluquera. Me contestó y me dijo que tenía una semana complicada, pero me podía coger el jueves a última hora de la tarde, a eso de las ocho, a lo que yo le contesté que bien, que no había problema.


La verdad es que voy muy a gusto a que me corte el pelo mi peluquera María. De pequeño iba a una barbería, a la que me empezó a llevar mi padre. Pero una vez llegué a la edad del pavo, ésa ya no me valía, así que tras probar alguna que otra peluquería, me quedé en la de María, a la que siempre le he sido fiel, y eso que estamos hablando ya de una relación de unos 25 años, ¡mucho más de lo que duran algunas relaciones de pareja!

lunes, 2 de marzo de 2015

Cosmética seminal (2ª parte)



En el post anterior dejé pendiente finalizar una historia de mi pasado. Ahora la voy a finalizar. Lorena, tras pillarme masturbándome en el probador de su tienda de ropa, me explicó que si no quería que divulgase las imágenes grabadas por su cámara de seguridad yo debería aceptar un trato, que consistía en ser su proveedor de semen para que ella tuviese una crema rejuvenecedora basada en él. Tras pedirme que yo fuera su esclavo ante mi asombro, Lorena hablando:


- Te voy a leer lo importante de un contrato que he redactado entre tú, o más bien tu polla, y yo. – Sacó del cajón de su mesa un papel y empezó a leer algunas líneas. – Paso del encabezamiento formal y voy al grano. En primer lugar, seguirás siendo cliente de mi tienda, comprarás aquí la ropa que necesites como has hecho hasta ahora y no desaparecerás como estos últimos días. El negoció es el negocio. – Me sonrió al decir esto. – Y lo importante. Conservaré esta cinta en mi poder pero no permitiré que nadie la vea y te pueda perjudicar siempre que tú cumplas tu parte del trato, que no es otra que darme todo el semen que yo necesite para aplicarme sobre la piel o ingerirlo. Desde el momento en que firmes este contrato, todo tu semen me pertenecerá y podré hacer con él lo que quiera. Esto implica que cada vez que te corras me debes hacer llegar tu corrida. Lo ideal es que la extracción del semen se haga delante de mí, y se podrá hacer con mi ayuda o sin ella, esto es, o bien te masturbarás tú delante de mí como ya hiciste o si estoy de buenas seré yo la que te masturbe. Si lo considero necesario te podré hacer una mamada para ayudarte a correrte y en algún caso excepcional te pediré que me folles si tengo la necesidad, pero que quede claro que tu corrida nunca será en mi interior, te correrás o bien en mis manos, o bien sobre mi piel, en las zonas que pretenda hidratar, ya sea la cara, las tetas o el culo.

domingo, 1 de marzo de 2015

Cosmética seminal (1ª parte)



Ahora que está medio mundo revuelto con el estreno de la película de las 50 Sombras de Grey, ha reaparecido en mi vida una historia diferente de hace ya bastantes años. No es que tenga mucho que ver, pero me apetece contarla hoy.

Todo sucedió cuando yo estudiaba en la universidad. Hasta entonces yo vivía en mi  pueblo donde encontraba todo lo que necesitaba: mis tiendas, mis pistas deportivas, mis pubs, mis amigos, mis amigas, algunas muy deseables y accesibles, etc. Pero esto cambió a mis dieciocho años. Debido a que la carrera que yo quería hacer no estaba cerca, tuve que irme a vivir a un piso de Valencia, una ciudad tremendamente grande para lo que yo estaba acostumbrado. Allí compartí buenos momentos y no tan buenos con mis compañeros de piso, durante unos años: estudiábamos, nos íbamos de fiesta, ligábamos, etc. La verdad es que fueron buenos años.