Hace algún tiempo recibí
una inesperada propuesta de mi compañera de trabajo Mamen. Quienes siguen las
historias que cuento en mi blog, posiblemente recordarán que ella es la
compañera con la que me lie en una cena de trabajo. Desde entonces tenemos una
buena relación de amistad y hemos compartido buenas veladas de sexo, además de
aquella tan intensa que ya conté aquí. Supongo que por ello hay compañeros que
nos toman por una pareja, pero en verdad no es así, tan sólo somos buenos
amigos que mantienen una relación basada en el sexo, pero con libertad para
practicar sexo con quienes queramos, es lo que hay quienes llaman follamigos.
Bien, volviendo al tema,
la propuesta que me hizo Mamen fue la siguiente: me pidió que la acompañase a
la boda de una prima suya que tendría lugar dos semanas después, y que lo
hiciese como su pareja. Cuando me lo dijo yo me quedé perplejo, por lo que ella,
riéndose, me aclaró que no quería formalizar la relación conmigo, pero que toda
su familia, con excepción de su madre, la consideraba la oveja negra negrísima,
y en esa boda quería demostrar que no lo era, que todo le iba muy bien, y que
era la mujer más feliz del mundo conmigo. Es más, me dijo que tenía previsto
ser de lo que más se hablase en la boda, llamar la atención tanto que la
estrella fuese ella y no la estúpida de su prima.