Hoy me apetece seguir
con los tórridos recuerdos de este verano. El hecho de estar en un adosado
compartiendo jardín y piscina con el adosado contiguo da mucho juego. Sobre
todo si como ya conté en Vecinos adosados, en ese adosado vive una madurita muy deseable y con
ganas de marcha…
Tras la primera
aventura sexual con mi vecina veraniega Ruth, vinieron algunas más. El hecho de
que su marido y sus hijos nos dejaran solos entre semana hizo que mi verano de
paz y tranquilidad se convirtiera más bien en un verano de morbo y sexualidad,
como nunca antes había vivido. Además ella y yo nos fuimos conociendo bien,
puesto que hablábamos bastante, ya que normalmente comíamos y cenábamos juntos.