martes, 28 de junio de 2016

Aventuras con mi novia



Noe era como yo llamaba a mi novia Noelia, y digo llamaba porque hace ya bastantes años que pasó a ser exnovia en lugar de novia. Era una de esas relaciones que parecía tener un futuro prometedor, sin embargo, un día me di cuenta de que Noe ya no era la persona de la que me había enamorado, aunque mis amigos desde el principio habían dicho que ella y yo éramos muy distintos, al final tenían razón. Con el tiempo, Noe se transformó en una criatura oscura de la noche, y no me refiero a una vampiresa que extrajese todo mi jugo con su boca no, sino a que empezamos a vivir la noche a diario, saliendo todas las noches de marcha, y lo que es peor, viendo yo como ella se empapaba continuamente en alcohol. Pero eso no era todo, cuando no bebía como una esponja, me fijé en que hacía demasiadas visitas al baño hasta que me confirmó que se metía cocaína.


Yo hasta ahora me he mantenido alejado de esos temas, por lo que, en aquel momento, no me gustó nada. Traté de ayudarla, aunque nunca se dejó. Incluso después de cortar con Noe, mi mano siguió tendida hacia ella, pero no la cogió, es más, se fue perdiendo más y más hasta que desapareció. Nunca supe por qué cambió de esa forma, pero mi intuición me decía que tenía que ver con un antiguo, y de mala vida, ex de Noe, con fácil acceso a todo tipo de drogas. Ella me lo negaba, pero años después supe que ésa fue la razón. De todas formas, mis recuerdos de la vida con Noe son francamente buenos, salvo el final claro. Lo pasamos muy bien entre los dos. Es más, ella fue la que más me abrió los ojos en el plano sexual, pues era una auténtica bomba. Recuerdo cantidad de aventuras con ella, pero sobre todo una de forma especial, que es la que voy a contar.



Era verano, por lo que, aprovechando mis vacaciones, Noe y yo nos fuimos una semana a un hotel costero del sur, de esos con spa y piscina. La idea era relajarnos de todas formas, así que además de la playa y los lujos del hotel, pensábamos pasar el resto del tiempo jodiendo como conejitos. Nos teníamos unas ganas…


Para mí Noe, además de una diosa del sexo, era un bomboncito, y cuando digo bomboncito no lo digo sólo porque estuviera bien buena, que lo estaba, lo digo también porque era bajita, ya que apenas superaba los 1’50 metros de altura. Eso sí, su pequeño cuerpo era tremendo. Era delgada, pero con curvas, tenía unos pechos grandes y firmes, deliciosos al tacto, un buen trasero, además de una cintura que me encantaba agarrar. De cara bonita, con labios finos, naricilla respingona, unos preciosos ojos verdes y, rodeando su cara, una media melena rubia. Muchas veces me preguntaba en mi soledad cómo había conseguido salir yo con una chica así, pero alabando mi suerte, la pregunta solía ser respondida con una buena masturbación, derramando mi leche e imaginando que caía sobre Noe, como sí ocurría cuando estaba con ella.


Una tarde, después de comer, decidimos bajar a la piscina. Así que nos enfundamos el bañador y el bikini en su caso, nos pusimos las chanclas para, toalla en mano, irnos a la piscina. Llegamos a la zona de tumbonas. Dada la hora que era aún no había mucha gente, por lo que no tuvimos problema para coger un par que estuviesen a la sombra, ya que caía un sol de justicia. Aun así, nos embadurnamos uno a otro con protector solar. Por supuesto, dada mi sangre caliente, no pude evitar empalmarme según le ponía crema por su espalda, por sus nalgas, por sus muslos… Pero una vez acabamos nos dimos un buen beso y cada uno a su tumbona. Yo, colocándome bien el pene bajo el bañador, me puse boca abajo, ya que boca arriba habría sido más que evidente mi tienda de campaña.

Así me encontraba, con la barbilla apoyada en mis antebrazos, oteando el horizonte desde detrás de mis gafas de sol, cuando vi llegar a una mujer con un tipazo de infarto. Era una negra espectacular: alta, con el pelo liso hasta media espalda, rostro afilado, nariz ancha y labios carnosos. Llevaba un bikini blanco que le destacaba sobremanera encima de su piel. Su bikini mostraba que tenía poco pecho, pero también un buen trasero sobre unas piernas perfectas. Pasó andando por delante, echándose en una tumbona cercana a nosotros. Giré la cabeza y me encontré a Noe que me miraba sonriente levantándose las gafas de sol, para que viese cómo me guiñaba el ojo.


- Ha pasado por delante. - Le dije. – No es que estuviese mirándola. Además, tú estás más buena.


Noe se rio, yo me reí con ella, que me contestó:


- Ya claro, ya quisiera tener yo ese cuerpo. Tranquilo que esta vez te salvas, era imposible no mirarla con lo que destaca. Si me la follaba hasta yo…


Volvimos a reír y nos fuimos a la piscina. Cuando volvimos, allí seguía la increíble chica de ébano. Me pilló mirándola, le sonreí y ella me devolvió la sonrisa. Seguí hasta mi tumbona, Noe hizo lo mismo que yo. Un poco después le di un beso y me subí a la habitación, cansado ya de piscina, pero ella se quedó un rato más.


Me puse a ver la tele un rato para después darme una ducha. Mientras caía el agua sobre mí escuché ruido en la habitación, señal de que mi novia ya andaba por allí. Instantes después me lo confirmó entrando desnuda a la bañera. Nos enjabonamos uno a otro a la vez que nos íbamos calentando. Pronto noté al pasar la mano por su entrepierna que su piel no era lo único que se mojaba, por lo que como yo ya tenía la polla bastante dura con tanto toqueteo, me acerqué por detrás de ella y de golpe se la metí entera bajo el agua.


Noe dio un fuerte gemido y yo empecé a bombear con fuerza. Ella apoyó sus manos en los azulejos de delante. Yo la cogía por sus caderas para embestir profundamente. Cada vez que la penetraba Noe gemía, y es que mis empujones eran muy fuertes, tratando de atravesarla con mi verga dura. Tras un rato así ella me dijo entre jadeos:


- ¡Qué fogoso estás hoy! ¿No estarás pensando que te estás zumbando a la negra de la piscina? ¿Verdad?


- ¡Nooooooo! – Le contesté. – Es que hoy te tengo muchas ganas…


Lo que era cierto. Ese día me encontraba desatado. Pero según me la follaba furiosamente empecé a pensar en lo que había dicho. Fui acelerando más mis embestidas mientras imaginaba que en lugar de Noe estaba metiendo y sacando mi polla dura del coño de la negra. La imaginaba así ofrecida desde atrás, tal y como tenía a mi novia, venga a embestir, una y otra vez, hasta que me eché hacia delante agarrando a Noe por sus grandes pechos, manoseándolos mientras la follaba, apretándolos a la vez que pensaba que eran más pequeños como los de la negrita… Fue pellizcando sus duros pezones cuando noté que estaba a punto de correrme ya. Un par de fuertes empujones más y grité:


- ¡Me corro Noeeeeeeeee! Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…


Entre gemidos, mi verga disparó varias veces dentro de su coño sin dejar de soltar sus pezones. Ella seguía jadeando. Noté que llevó una mano hasta su entrepierna para tocarse, pero poco después sus gemidos fueron fuertes y noté cómo su coño apretaba y aflojaba mi verga, cómo se arqueaba y gritaba:


- ¡Aaaaaaaaaah!, ¡yo también! ¡Jodeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeer!


La abracé desde atrás así, sin sacarla de su encharcado coño. El agua caía sobre nosotros, lo que ayudó a que recuperásemos el aliento más pronto. Permaneciendo abrazados, tras un poco, noté como mi pene se relajaba y se salió de ella cayendo por su propio peso. Entonces Noe se giró y nos besamos apasionadamente, jugando con nuestras lenguas. Terminamos de ducharnos para una vez secos comentar lo ocurrido. Yo le confesé que desde que dijo eso, imaginé que estaba follando con la negra de la piscina. Noe me dijo que no pasaba nada, que en verdad lo había provocado ella con toda la intención. Además, me contó que, cuando yo me subí, ella se había acercado a la chica negra para hablar. Lo hicieron y me dijo que era una chica muy simpática, que se llamaba Tisha, que era inglesa y que, aunque ya llevaba un tiempo viviendo con su familia en España, había decidido pasar unos días de descanso sola en ese hotel, para desconectar de todo.


Durante los dos días siguientes, Noe y yo seguimos disfrutando tanto de los placeres del hotel como de nuestros cuerpos. Algún rato coincidimos en la piscina con Tisha y charlamos, por lo que pude comprobar que era una chica muy agradable. Además, sorprendentemente nos confesó que su novio le había sido infiel, motivo por el que había buscado la soledad en el hotel, también nos contó que no quería saber nada de hombres de momento, que estaría muy bien sin pareja por un tiempo. Yo la miraba pensando en cómo era posible que un hombre le hubiera puesto los cuernos a una mujer tan atractiva como Tisha, además de inteligente y buena conversadora.


Al tercer día, después de comer, Noe me comentó que iba a acompañar a Thisa a hacer unas compras, por lo que yo me quedé solo. Aproveché para dormir una siesta. Una vez desperté, bajé a bañarme un rato en la piscina y tomar el sol. Llevaría una hora tomando el sol cuando recibí un sms de Noe. En él me decía que subiera a la habitación, que tenía una sorpresa para mí. Una sonrisa picarona se dibujó en mi cara, pues cuando ella me decía algo así significaba que íbamos a tener un rato de sexo del bueno. Rápidamente le respondí con otro sms diciéndole que iba para arriba. Según subía, iba pensando en qué habría comprado, me la imaginaba recibiéndome, al entrar, vestida con lencería muy sexy, cosa que le encantaba. Con esos pensamientos se empezó a remover mi pene dentro del bañador, por lo que me di prisa para llegar, ya que, si tardaba, cualquiera que me viera por el pasillo notaría mi evidente erección.


Aceleradamente llegué a la puerta, abrí y entré. Pero lo que vi sobre la cama me dejó estupefacto. Noe no llevaba puesta lencería que había comprado, nada más lejos. Sobre la cama se encontraba Tisha boca arriba con un bikini naranja y sobre ella, de lado, con las piernas entrelazadas a las de Tisha estaba Noe, con un bikini negro. Con su mano acariciaba un pecho de Tisha por encima de la tela mientras se besaban. Pude ver cómo sus labios estiraban uno del otro, incluso el roce de sus lenguas… Por la sorpresa se me cayó la toalla que llevaba en la mano y, por supuesto, la polla se me empalmó del todo debajo del bañador. Cerré la puerta, pues aún no lo había hecho. Con el golpe Noe despegó sus labios de los de Tisha, y sin dejar de acariciar sus pechos me preguntó:


- ¿Te gusta la sorpresa? No hace falta que contestes, por tu bañador está claro que sí, como suponía. Disfruta de lo que ves…


Tisha me sonrió. Yo cogí una silla y me senté para ver bien el espectáculo. Pensaba en que, en alguna ocasión, Noe me había comentado que era bisexual y que había estado con mujeres, pero como nunca la había visto tampoco había hecho mucho caso. Pero sí, ahí estaba con otra mujer, acariciándola con manos expertas y sin dejar de besarla. Pensaba también en que Tisha había dicho que no quería saber nada de hombres, pero ahí estaba viendo que de mujeres sí… Yo, al verlo, cada vez me ponía más cachondo. No sé por qué eso de ver a dos mujeres comiéndose los labios, jugando con sus lenguas y sobándose bien, a un buen número de hombres nos pone a mil, pero así era y a mí me estaba pasando.

Noe se levantó y se puso de rodillas sobre la cama. A su vez Tisha hizo lo propio, pero sentándose sobre sus talones, con lo que quedaron más o menos igualadas de altura. Noe inclinó su cara y besó de nuevo a Tisha, quien le devolvió el beso apasionadamente. Sacó su lengua para buscar la de Noe, y ella también le dio lengua, enroscándola con la suya. Viendo ese beso ya no lo pude evitar, así que empecé a acariciar mi verga lentamente por encima del bañador.


Ellas seguían a lo suyo. Tisha llevó sus manos a los pechos de Noe. Las metió por debajo de la tela del bikini y empezó a acariciarle las tetas. La tela se fue subiendo, por lo que Noe llevó sus manos atrás, lo desató y se lo quitó. Tisha apartó las manos y se quedó mirando sus grandes pechos. Yo también, me fijé en que tenía los pezones bien duros como siempre. Miré hacia el pecho de Tisha y vi que sus pezones se marcaban a través de la tela. No cabía duda de que hacía mucho calor en la habitación, por más que estuviese puesto el aire acondicionado. Era tal el deseo que veía entre ambas…


A continuación, fue Noe la que llevó sus manos a los pechos de Tisha. Metió también las manos por debajo de la tela de su bikini para acariciar sus pechos. Ella misma llevó las manos a la espalda de Tisha para sacarle la prenda, dejando sus tetas desnudas. No eran muy grandes, más bien pequeñas, pero tenía sus negros pezones totalmente duro. Se volvieron a acariciar los pechos mientras se besaban nuevamente. Era curioso ver el contraste pues Tisha tenía unos pezones muy oscuros, pequeños y totalmente erectos, mientras que Noe tenía unas areolas más grandes, como también lo eran sus tetas, de tono rosado y, aunque también tenía sus pezones duros no destacaban tanto como los de Tisha. Separaron sus labios y se escucharon los suspiros de placer propiciados por sus caricias. Yo en mi silla, me había echado hacia atrás el bañador, para acariciar mi polla ya sin tela de por medio.


Poco a poco Noe fue descendiendo una mano rozando suavemente el terso abdomen de Tisha, hasta que llegó a su entrepierna. Allí giró la mano para acariciarla mejor por encima del bikini. Tisha gimió, pero más aún cuando empezó a subir y bajar su mano repetidamente. Las manos de Tisha iban bajando por la espalda de Noe hasta que llegaron a sus nalgas, donde apretaron. De sus labios no dejaban de escapar suspiros, que a mí me ponían más si cabe. Tisha se levantó quedando de rodillas, momento que aprovechó Noe para bajar la braga de su bikini por los muslos, a la vez que iba lamiendo su abdomen. Cuando llego hasta las rodillas, Tisha se echó para atrás sentándose y levantando sus piernas para que Noe pudiese sacar la prenda, lo que hizo lentamente mientras lamía una pierna de ébano y luego la otra.


Una vez tuvo la braga en las manos, la extendió y me la enseñó para que yo viese la mancha que había producido la humedad del coño de Tisha. Sin duda estaba mojada, lo que comprobé mejor cuando Noe me la tiró. Cayó sobre mi pecho. Yo la cogí y la llevé a mi nariz para empaparme de los aromas de Tisha, olía a hembra en celo, como toda la habitación. Por último, la lamí sin dejar de acariciarme la polla lentamente, arriba y abajo. Pude ver los ojos de Tisha clavados en los míos con una mirada de aprobación, también de placer claro…


La acción seguía sobre la cama. Noe se tumbó hacia atrás y rápidamente Tisha se levantó para ponerse sobre ella a cuatro patas. Pude apreciar el precioso culo que tenía, daban ganas de saltar de la silla y clavársela así por detrás, pero no lo hice. Tisha se inclinó para besar nuevamente a Noe. A continuación, fue descendiendo acariciando con la lengua el pecho de Noe. Lamió un pezón, luego el otro, para seguir hacia abajo por su abdomen. Llegó hasta la tela de la braga de Noe y se la lamió por encima, arriba y abajo, arriba y abajo. En ese momento la que gemía era mi novia. Despegó las caderas de la cama apoyada en sus pies, por lo que así Tisha pudo bajar la braga del bikini hasta los pies. Cuando Noe se dejó caer levantó las piernas y Tisha sacó la prenda por sus pies. Giró su cabeza para mirarme. Mientras lo hacía lamió la braga de mi novia con una lascivia que me sorprendió.


Se alzó y me tiró la prenda. La cogí como la anterior para olerla y lamerla como había hecho con la de Tisha, pero esta vez mientras Noe y yo nos mirábamos. Era el ya conocido sabor de mi novia cachonda, que tanto me gustaba. Después cogí la prenda naranja de Tisha y la negra de Noe, las puse juntas y lamí las dos a la vez, lo que gustó a ambas. A continuación, me las puse juntas en mi mano derecha para masturbarme con ellas lentamente mientras seguía viendo el espectáculo, que ya seguía en la cama.


Allí Noe seguía tumbada mientras Tisha acercaba su cabeza a la entrepierna de mi novia. Le separó los muslos con las manos para empezar a lamerle su coño mojado. Me moví un poco para tener mejor visión. Así pude ver como la lengua de Tisha rozaba hacia arriba y hacia abajo los pliegues de Noe. Con las manos le separó los labios para que su lengua la lamiese mejor. Vi cómo empezaba a rozar el clítoris de Noe con la lengua, quien empezaba ya a gemir. Sin dejar de lamer introdujo un dedo en su coño. Empezó a meterlo y sacarlo despacio, con suavidad, mientras le rozaba el clítoris con la lengua cada vez más rápido. Los gemidos de Noe eran más altos cada vez, como también eran más fuertes los movimientos de mi mano con las bragas sobre mi dura polla. Tisha se puso entonces a lamer entre los labios de Noe, pasando la lengua adelante y atrás, adelante y atrás, a la vez empezó a rozar con rapidez con el pulgar el clítoris de mi novia, la que gemía y se agitaba ya cuando dijo:


- Uffff, me voy a correr si no paras…


- Córrete, que no pienso parar ahora. – Le respondió Tisha apartando su lengua del coño de Noe, para instantes después volver a lamer.


Tisha siguió rozando el clítoris de Noe con el pulgar cada con rapidez, a la vez que metía y sacaba la lengua de su coño mojado. Mi novia no tardó en subir y bajar la pelvis, vi cómo se le sonrojaban las mejillas, cómo cerraba los ojos, hasta que gritó:


- ¡Siiiiiiiiii!, me corroooooooo. ¡Jodeeeeeeeeeeeeeeer, jodeeeeeer! ¡Aaaaaaaaaah!


Según orgasmaba Noe, Tisha fue lamiendo su coño, empapándose del sabor de su corrida, relamiéndose los labios con su lengua. Yo tuve que parar de masturbarme para no correrme mientras las veía disfrutar a ellas, porque quería participar también claro. Dejé las bragas de su bikini a un lado y seguí acariciándome la verga muy lentamente. Instantes después, cuando Noe se recuperó de su orgasmo se levantó. Dirigió su boca hacia la de Tisha y se besaron de forma apasionada.


Tras el beso, Tisha volvió a tumbar a Noe echándola para atrás. Se puso en cuclillas y comenzó a subir restregando su entrepierna por la pierna de Noe, la que la miraba complacida, mientras yo las miraba alucinado todavía acariciando lentamente mi capullo. Tisha siguió restregándose mientras ascendía por su abdomen, luego se frotó por sus pechos hasta que llegó a la boca de Noe, a quien le faltó tiempo para ponerse a lamer la entrepierna de Tisha, que sin duda estaría muy mojada ya. Yo me puse de pie, me saqué el bañador del todo y busqué un ángulo mejor para ver cómo la lengua de Noe, avanzaba y retrocedía por la rajita de Tisha, pero no fue fácil. Me conformé con escuchar sus gemidos sin dejar de restregar mi capullo, del que ya asomaban algunas babas.


Tisha se acariciaba y apretaba sus negros pechos mientras Noe seguía lamiendo su coño. Vi cómo también se pellizcaba esos pezones tan duros que tenía, como para cortar cristal. Era muy excitante estar viendo eso mientras escuchaba sus jadeos. Poco después Noe le indicó a Tisha que se apartase y que se tumbase en la cama. Le hizo abrir las piernas por lo que pude ver el contraste de los oscuros pliegues y labios de su coño, con el rosa claro de la entrada de su vagina. Era como un sándwich de chocolate y fresa, tan apetecible y brillante…


Una vez bien abierta Tisha, Noe se inclinó, poniéndose a cuatro patas, para poder comerse bien su coño. Ahora sí veía bien cómo la lengua de mi novia lamía de arriba a abajo y de abajo a arriba toda su raja. También vi cómo Noe mordisqueaba los pliegues de Tisha, estirando suavemente, primero un lado, luego el otro, para volver a lamerle de nuevo de abajo a arriba. Se paró en su clítoris y también se lo mordisqueó, luego empezó a rozárselo circularmente con la lengua, a la vez que Tisha aumentaba la intensidad se sus gemidos. Yo me estaba masturbando de nuevo al ver el culo y el coño de mi novia tan ofrecidos mientras se comía el coño mojado de Tisha. Noe se giró hacia mí y me alentó:


- Bueno, ya te toca a ti, ¿no? ¡Fóllame!


Yo no contesté nada, como respuesta subí a la cama de un salto, me arrodillé detrás de Noe y se la fui metiendo lentamente. Entró toda mi polla dura a su mojado coño, hasta que mis huevos chocaron contra su entrepierna, tanto ella como yo gemimos. Al instante se puso de nuevo a lamer el coño de Tisha, que de nuevo jadeaba. Yo, a lo mío, bombeando a Noe. Se la metía cada vez más rápido, para sacársela despacio, así una y otra vez, una y otra vez. Le di un par de palmadas en sus nalgas sin dejar de follarla. En un momento dado, Noe agachó un poco su culo para poder lamer mejor a Tisha y meterle un par de dedos en el coño, follándola con ellos, dentro, fuera, dentro, fuera.


En esa posición yo no podía embestir bien a Noe, así que, tras sacar mi rabo de su coño, la cogí por las caderas y la volteé, quedando boca arriba. Después la agarré por los muslos y la arrastré hacia mí, alzando un poco su culo. Evidentemente Noe ya ni lamía ni se follaba con los dedos el coño de Tisha, es más, ambas me miraban con sorpresa por lo que había hecho. Así que les dije:


- Es que antes no podía meterla bien, pero ahora veréis como sí…


Sin tiempo a nada, se la metí de golpe para sacarla y volvérsela a meter. Me pareció que Noe iba a protestar, pero Tisha estuvo más rápida pasando una pierna por encima de su cabeza. De cara hacia mí, quedó con sus muslos a ambos lados de la cabeza de Noe, quien levantó un poco su cara y se puso de nuevo a lamer el jugoso coño de Tisha. Viendo que ya estaban contentas, empecé a bombear el coño de Noe. Movía mis caderas adelante y atrás haciendo que mi polla entrase y saliese de ella. Adelante, atrás, adelante, atrás. Mis empujones hacían que la cara de Noe se moviese también bajo la entrepierna de Tisha, por lo que le resultaba más fácil lamerla. La habitación en ese momento era como una sinfonía de suspiros, jadeos y gemidos, nos encontrábamos en un frenesí de placer. Además, yo tenía claro que no iba a aguantar mucho.


Tisha se inclinó hacia mí. Pasó una mano por detrás de mi cuello y me besó. Por primera vez sentí su lengua entrar en mi boca. La mía jugó con ella. Sin dejar de follar a Noe pasé las manos por detrás de Tisha acariciando su espalda. Luego las llevé a sus pechos, se los apreté, pellizqué por fin esos pezones negros y erectos que tanto me apetecían. Seguía follando a Noe, metiéndola y sacándola de su coño mojado con fuerza. En el momento mordí con fuerza el labio inferior de Tisha, ella se separó y gritó:


- Me voooooy, me vooooooooooy, ¡aaaaaaaaaaah!


Así fue como Tisha se corrió agitando descontroladamente su pelvis sobra la cara de Noe, que seguí lamiéndole el coño como podía. Yo seguía embistiendo a mi novia con fuerza, dentro, fuera, dentro, fuera… Noe llevó su mano a su entrepierna y se puso a frotar con rapidez su clítoris, que ya se veía grueso. En ese momento Tisha se inclinó un poco hacia atrás, por lo que pude ver bien cómo asomaba por su coño el fruto blanquecino de su corrida abundante. Le resbalaba un goterón, cuando lo vi caer sobre el rostro de Noe, no pude más y me corrí gritando:


- Siiiiiiiiii, me corro, ¡aaaaaaaaaaaah!


Un par de embestidas más y estaba soltando todos mis chorros de leche hasta el fondo del coño de Noe. Aún escapaba algún gemido placentero de mi boca, mi respiración estaba agitada, pero ella no dejaba de pajear su clítoris a toda velocidad. Ante mi sorpresa, ya que se había corrido recientemente, Noe arqueó su cuerpo, alzó su pelvis, para, tras notar como apretaba y aflojaba mi verga dentro de ella, con un gran grito tener otro orgasmo:


- Diooooooooooooooooos, siiiiiiiiiiiiii, otro, jodeeeeeeeeeeeeeeer…


Poco a poco la mano de Noe fue parando sus movimientos, se relajó y bajó sus caderas. Todos íbamos recuperando el aliento. Yo saqué mi rabo del coño de Noe y para dejarlo limpio empecé a restregarlo por los pliegues de su coño, por su clítoris, pero creo que no conseguí dejarlo limpio. En ese momento me fijé en que Tisha estaba metiéndose un dedo en el coño, cogía algo de su flujo y se lo llevaba a sus labios para lamerlo. Tenía una mirada demasiado traviesa como para pensar yo que la cosa se había acabado. Volvió a meterse el dedo en su jugoso coño, pero esta vez lo llevó a la boca de Noe, quien se puso a chuparlo hasta dejárselo bien limpio.


De repente, Noe echó sus piernas hacia atrás, y las llevó hacia delante de golpe, dándome tal patada que hizo que me cayese de la cama. Conociéndola como la conocía, tuve claro que se vengaba del momento en que la revolví sin avisar. Por suerte no me hice daño al caer. Pero cuando me levanté vi que Noe se echaba para atrás, con las piernas abiertas, delante de Tisha. Yo me senté en la orilla de la cama. Por la caída y por sentirme un poco desplazado mi polla iba perdiendo su erección, pero pronto la recuperaría viendo de nuevo a las dos jugar sobre la cama. Además, la necesitaba bien dura porque quería follarme a Thisa yo también. Mientras pensaba en ponérmela dura de nuevo oí a Noe decirle a Tisha:


- El otro día dijiste que no querías saber nada de hombres, pero aquí estamos disfrutando del mío…


- Ya, - le contestó Tisha, - tu hombre es fogoso y apasionado, además que su mirada sabe encenderme.


Escuché complacido su respuesta, le dediqué una sonrisa a Tisha, para luego sorprenderme cuando Noe le dijo:


- Te gustará saborearlo… Tengo sus restos en mi coño. ¡Disfrútalo! ¡Chupa la leche de mi macho!


Mi polla dio un brinco en el aire. De golpe, Tisha se abalanzó sobre la entrepierna de Noe para ponerse a lamérselo todo de nuevo. Movía su lengua con avidez arriba y abajo. También se la metía un poco en el coño para sacarla con restos de mi semen que se tragaba a continuación. Cada vez que hacía eso, sus ojos y los míos se encontraban mirándose con deseo, por supuesto, Noe también se daba cuenta…


Cuando Tisha terminó de limpiarle bien su coño, se levantó alzando también a Noe. Quedaron arrodilladas una delante de la otra, por lo que, pasando sus brazos por detrás de sus espaldas, se pusieron de nuevo a acariciarse mientras se volvían a besar. Pude ver otra vez cómo se comían los labios, lo que al instante hizo que mi pene dejase de empequeñecerse para volver a crecer. Una a la otra se fueron lamiendo el cuello, los hombros, los pechos… Sus manos fueron bajando a sus traseros, que se magrearon con cuidado. Al final se volvieron a besar sacando las lenguas para que yo viese como jugaban con ellas. Cuando pararon me miraron las dos, diciendo Tisha:


- Tu hombre está ahí demasiado solo Noe…


- Así es. – Le contestó mi novia. – Creo que necesita compañía.


Yo asentí con la cabeza. Noe se puso a cuatro patas y empezó a caminar sensualmente hacia mí. Tisha la imitó, y todavía con más sensualidad, vino caminando a cuatro patas hacia mí. Su caminar se me hizo eterno, aunque sólo fueran unos segundos, pues las veía venir como si de una pantera blanca y de una pantera negra se trataba. Venían dispuestas a devorarme.


Cuando llegaron a mi esquina me cogieron de la mano para llevarme al centro de la cama, donde me tumbé boca arriba. Mi polla empezaba a dejar su estado morcillón para ir poniéndose dura de nuevo, pero más aún cuando las dos empezaron a subir por mis piernas lamiendo con sus lenguas. Lamieron mis muslos hasta que llegaron a mi entrepierna. En ese momento Noe llevó su lengua a mis huevos y Tisha la llevó a mi glande. Las dos empezaron a lamer así rozándome de forma muy placentera, sobre todo Tisha en mi capullo. Con mis manos empecé a acariciar el pelo negro de una y el rubio de la otra para agradecerles el tratamiento que me estaban dando. Tisha se metió todo el capullo en su boca para mamarme la verga. Su boca subía y bajaba una por todo mi rabo. A la vez Noe se metía uno de mis huevos en la boca para succionarlo, lo que hizo después con el otro mientras la boca de Tisha seguía subiendo y bajando, subiendo y bajando…


Pararon las dos y me volvieron a lamer. Noe subía por mi polla con su lengua mientras Tisha bajaba por ella. A medio camino se encontraron. Jugaron con sus lenguas y se besaron, para acabar su camino, Tisha lamiendo mis huevos, Noe lamiendo mi glande. Por supuesto yo suspirando de placer continuamente. Noe se puso a mamármela apretando bien con sus labios, como me solía hacer. A la vez Tisha lamía uno de mis huevos mientras me apretaba el otro con sus dedos. No tardé nada en tener la polla dura como el acero, cuando se dieron cuenta pararon, y sonriendo se levantaron.


Noe pasó una pierna por encima de mí mientras mi miraba. Con una mano me cogió la verga y la apuntó hacia su entrada, dejándose caer sobre mí con la polla dentro. Un fuerte gemido se nos escapó a ambos. Se quedó quieta mientras Tishas venía de rodillas hacia mi cara. Se puso mirando a Noe y pasando su pierna por encima de mí, dejó se entrepierna sobre mi boca. Cuando estuvieron las dos listas, empezaron a mover la pelvis adelante y atrás sobre mí. Noe suspirando cuando notaba avanzar y retroceder mi polla dentro de ella, Tisha gimiendo por los lametones de mi lengua según se movía.


Llevé mis manos al coño de Tisha para separar bien sus pliegues y así poder lamerla mejor. Arriba y abajo, arriba y abajo, hasta que decidí dejar mi lengua a arriba para lamer en círculos su erecto clítoris. Tisha gemía según la rozaba. Yo también gemía como podía pues Noe se había puesto ya a cabalgarme, primero poco a poco, después con furia. Notaba los golpes de sus nalgas sobre mis muslos y cada vez que esto sucedía un gemido de Noe. Los tres seguíamos muy excitados, cada vez más. 


Con dificultades vi cómo se inclinaban las dos hacia delante para besarse de nuevo. Estaba seguro de que también se estaban acariciando sobre mí, porque veía moverse sus brazos. Llevé mis manos al culo de Tisha, separando sus nalgas. Así pude meter y sacar con facilidad mi lengua en el mojado coño de Tisha, que empezó a subir y bajar sus caderas, como si me cabalgase la lengua. Las dos acoplaron sus movimientos, por lo que subían y bajaban sobre mí con lentitud. Sus suspiros, sus gemidos, se mezclaban con los míos.


De repente se separaron las dos y se levantaron. Las oí cuchichear antes de que las dos fuesen al final de la cama, para, apoyándose en el cabecero, ponerse las dos a cuatro patas ofreciéndose a mí. Las dos me miraban, pero Noe fue la que habló:


- Vamos, ya va siendo hora de que te folles a Tisha. – Me dijo mientras separaba sus nalgas para ofrecerme ese coñito rosa y mojado.


Me acerqué andando de rodillas. Cuando estuve detrás de ella, agarré a sus caderas y de un golpe le metí todo mi rabo duro. Tisha gimió fuertemente ante tal penetración, a la vez que veía sonreír a mi novia. Una vez acoplado empecé el mete saca, primero despacio, luego más rápido, más, más, acelerando lentamente. A la vez, Noe acariciaba la espalda y los pechos de Tisha mientras le comía los labios. Después se puso a lamer su mejilla, su cuello, su pecho… Cuando lo hacía suspiraba mientras Tisha gemía y yo disfrutaba de lo lindo bombeando dentro del coño mojado de Tisha.


Me fijé en que se habían cogido las manos a la vez que se besaban de nuevo. Pensé que era una buena comunión entre los tres e incluso valoré la posibilidad de ser una pareja de tres, pero instantes después me volví a centrar en lo que estaba. Sin dejar de follarme a Tisha, llevé una mano a la entrepierna de Noe, metiendo un dedo, y luego dos en su coño, para follármela a ella así. A Noe le gustó por el gemido que se le escapó.


Tras un poco más así decidí variar. Paré, llevé mi polla al coño de Noe y mi mano al de Tisha. Empecé a follármelas así a las dos, embestía fuertemente a Noe a la vez que metía y sacaba mis dedos del coño de Tisha. Le di un azote a Noe para volver a cambiar. De nuevo me follaba el coño de Tisha mientras sacaba y metía mis dedos del de mi novia. Tras un azote al culo de Tisha, volví a cambiar. Me di cuenta de que Noe estaba masturbando el clítoris de Tisha, a la vez que ella hacía lo mismo con el clítoris de mi novia. Los tres estábamos disfrutando un montón de ese juego de alternar, pues los tres gemíamos y suspirábamos como locos, pero ellas más aún.


Estuve cambiando de una a otra un rato, hasta que los movimientos y los gemidos de Noe me anunciaron que estaba cerca de correrse de nuevo, por lo que me centré en ella. Me agarré fuertemente a sus caderas para meterla y sacarla de su encharcado coño con más vigor, dentro, fuera, dentro, fuera… Tisha también aceleró los roces sobre el clítoris de Noe, por lo que en un instante mi novia anunció:


- Me corrooooo, siiiiiiiiiii, ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! Jodeeeeeeeeeeeeeer, siiiiiiiii…


Su espalda se arqueó y sentí como mi soltaba y apretaba mi polla dentro de ella. Yo seguí follándomela fuertemente hasta que se calmó. Cuando salí de ella, Noe se giró y me beso con una pasión desatada, mordiéndome los labios, sin duda estaba disfrutando del trío enormemente.


Tisha aprovechó el tiempo del morreo para darse la vuelta y ponerse boca arroba. Cuando ya estuvo así, Noe me cogió del rabo guiándolo al coño de Tisha. Lentamente se lo metí entre suspiros de ambos. Tenía ante mí sus durísimos y negros pezones, por lo que no pudiendo evitar la enorme tentación, me agaché para mordisqueárselos estirando de ellos, primero uno, luego el otro, mientras ella gemía otra vez. Me levanté y empecé a follármela. Sacaba toda mi polla dura lentamente para luego metérsela de golpe, así una y otra vez, hasta que empecé a hacer ambas cosas rápidamente. Tisha llevó su mano hacia abajo, me cogió el tronco de mi verga según entraba y salía de ella, me masturbaba al mismo tiempo que me la follaba, lo que me gustaba, dados mis suspiros. A su vez, Noe, que no podía parar quieta, se puso a pajear el duro clítoris de Tisha, mientras con la otra mano le apretaba y pellizcaba los pezones exageradamente duros.


Los gemidos de Tisha fueron aumentando en intensidad. Me soltó la polla y gritó:


- ¡Sigue, sigue! No pares. Me voy a ir ya, siénteme, siiiiiiiiiiiiiiii, dioooooooooooooooooos…


Empezó a agitarse, puso los ojos en blanco, gemía desesperadamente, pero ni Noe dejó de masturbarla ni yo de follarla mientras se corría. Fue un orgasmo muy intenso, noté cómo apretaba y aflojaba mi polla dentro de ella, lo que ya era demasiado para mí de nuevo, por lo que mientras ella volvía a la normalidad yo le daba mis últimos empujones con toda la energía que me quedaba. Con la voz entrecortada, dije entre gemidos:


- No aguanto más, me voy a correr, te voy a llenar ese coño palpitante de leche caliente, ummmmm.


- ¡Nooooooo! – Gritó Noe dejándome cortado a punto de disparar. – Sácala, que tengo una idea.


Le hice caso a duras penas, así que saqué mi verga del encharcado coño de Tisha. Noe se echó al lado de Tisha y le besó los labios. Ella también se giró quedando las dos así entrelazadas, acariciándose y besándose. Noe paró un momento, señaló hacia sus mejillas diciéndome:


- ¡Échanos tu leche de macho aquí!


No me hice de rogar. De rodillas me dirigí a la altura de sus caras y mientras ellas se comían los labios me pajeé con vigor. Tras un par de movimientos apunté bien hacia sus labios y grité:


- ¡Yaaaaaaa! ¡Aaaaaaaaaaaaaaah! ¡Aaaaaaaaah!


Los disparos blanquinosos salían de mi durísima polla y caían sobre sus caras: en sus labios, en sus mejillas, en sus cuellos, incluso algo cayó en sus pelos. Me la ordeñé bien para sacarme toda la leche que me quedaba dentro. Cuando acabé me aparté, pero Noe me cogió de la mano para que me quedase ahí. Mi leche les quedaba muy bien sobre sus mejillas, decoraba la mejilla sonrosada de Noe, pero, sobre todo el blanco de mi leche, destacaba encima de la negra piel de Tisha. La verdad es que duro poco ahí, porque empezaron a lamerse una a la otra hasta que apenas quedó nada sobre sus caras. Lo poco que quedó lo cogieron con el dedo para llevárselo a sus bocas y chuparlo, pronto estuvieron bien limpias, por lo que siguieron besándose. Yo me incliné sobre ellas para besarlas, primero un buen morreo a Tisha, y luego uno todavía más largo a mi novia. En los labios de ambas pude percibir todavía el sabor de mi leche.


Tras ello nos echamos los tres en la cama para descansar un rato. Un rato después nos dimos cuenta de que habíamos pasado disfrutando juntos casi toda la tarde y que casi era la hora de cenar. Así que nos duchamos tranquilamente, Tisha en su habitación, y tras vestirnos salimos a cenar. Durante la cena estuvimos comentando lo ocurrido. Ellas me contaron que lo habían preparado todo, pues ya el primer día se habían confesado ambas como bisexuales, por lo que planificaron el mejor momento para que hiciésemos el trío, un trío soberbio, por cierto.


Después de cenar nos despedimos de Tisha, ya que se marchaba del hotel al día siguiente temprano. Intercambió su número de móvil con Noe para tener la oportunidad de repetir semejante rato de placer, pero ya nunca la volvimos a ver. Cuando mi novia y yo subimos a la habitación pegamos un polvo de campeonato recordando lo ocurrido, como pasó también el resto de días que nos quedamos en el hotel. 


Como he comentado al principio de esta historia, desgraciadamente unos meses después terminamos nuestra relación. Eso sí, en mi recuerdo quedaron algunas aventuras sexuales, aunque he de decir que ésta es la que más se me grabó.


Por último, he de añadir para quien se lo pregunté que vi a Noe hace poco tiempo, me llamó para pedirme ayuda en un tema, aunque sólo fue una excusa para vernos. Cuando la vi había cambiado mucho, estaba muy desmejorada, y, sin exagerar, habría ganado como unos treinta kilos. Me contó que al final volvió con su ex, el que era un pendenciero, y que acabó muy mal, incluso pasó una temporada en la cárcel, lo que a mí me sorprendió bastante. Con el tiempo se regeneró. Además, me contó que, dado que muchas veces no se corría con los tíos con los que follaba, cosa que con el tiempo fue a más, se centró en las mujeres. Es más, me confirmó que los hombres le desagradaban, por lo que de bisexual había pasado a ser lesbiana. Me contó también que tenía pareja y que era muy feliz con ella, de lo que yo me alegré mucho. Y tras un rato de buena conversación nos despedimos con un fuerte abrazo. 


Tras dejarla, mientras volvía a casa en mi coche, fui repasando nuestro pasado juntos, nuestros buenos y malos momentos, nuestras aventuras… En particular ésta que acabo de contar. Recordarla ha sido muy placentero, pero también me ha planteado una cuestión irresoluble: ¿qué habrá sido de la espectacular y caliente Tisha? Creo que eso nunca lo sabré…

4 comentarios:

  1. Tu siempre provocas sensaciones Eros y haces volar la imaginación con tus relatos yo los vivo tan intensamente que me paso muchos días excitado.Ya me gustaría que mi pareja fuera tan abierta como la de tu relato y le gustara compartir sería un sueño echo realidad y no me sugieras que se lo proponga porque me mandaría a paseo.

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    1. ¡Hola Shiva!
      Gracias por tu comentario. Me alegra saber que provoco sensaciones porque es uno de mis objetivos. Si alguien me lee y se queda indiferente no me sirve de nada. Es cierto que también me gusta saber qué sensaciones produce leerme, pero claro, eso es otro cantar...
      Bueno, tengo que reconocer que Noe sobre todo tenía una mente muy abierta y le gustaba mucho experimentar. En el caso de tu pareja, yo no me voy a meter, pero si es una de tus fantasías creo que lo debería saber. Dudo que te mande a paseo, aunque por lo que cuentas se sorprenderá. Pero claro, es cuestión de buscar el mejor momento para decírselo, y para ir insistiéndole más adelante, je, je.
      De nuevo gracias por tu comentario.
      Besos morbosos.
      Eros

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  2. Acabo de leer esto y ya puede hacer calor fuera que tengo mucho más calor dentro de mí. Me he sentido identificada con tu novia, con su mente abierta para probar todo, y me he sentido disfrutando de ese trío, de dos lenguas, de cuatro manos... Demasiado calor, demasiado... Ese final con tu semen lamido por las dos, lamiéndose entre ellas... Necesito un alivio, y ya...
    Sigue escribiendo, ya veo que has escrito más.
    Besos

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    1. ¡Hola Dama!
      Bueno, al menos por aquí, hoy ha hecho bastante calor, si dices que tú tenías más por dentro, significa que tu entrepierna era un infierno. Me agrada provocar infiernos, y más aún apagarlos. Me alegra que hayas disfrutado de mis letras.
      Muchas gracias por tu comentario Dama.
      Besos morbosos.
      Eros

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