Hoy es un día especial.
Y lo sé porque llevo todo el día deseándote. Me podría haber sucedido cualquier
día, pero no ha sido hoy, seguro que tú sabrás el motivo.
Desde que esta mañana
he abierto mis ojos un poco antes de que sonase el despertador, no he podido
evitar sentir como mi deseo por ti iba en aumento. Te puedo asegurar que lo
notaba en mi entrepierna pues algo empezaba a crecer por ti. La pena es que no
tenía tiempo de entretenerme masturbándome mientras te imaginaba en la cama
junto a mí.
Así que me he levantado
y me he dado una ducha, fría por supuesto, para ver si bajaba mi calentura.
Pero no, el deseo que siento hoy por ti impidió que mi polla bajase totalmente
su erección. Por lo que tras secarme la guardé disimulándola dentro de mi bóxer
y me puse unos vaqueros desgastados no demasiado ajustados que junto a una
camisa blanca ha sido mi ropa de trabajo de hoy.
Un desayuno rápido con
un vaso de zumo, que desgraciadamente no he bebido de tus labios, me han dado
energía para bajar hasta el coche y dirigirme hacia mi centro de trabajo.
Mientras iba conduciendo no entendía muy bien el porqué se me volvía a poner
más dura, pero es lo que me sucedía y de nuevo porque te iba deseando por el
camino…
Hacía tiempo que no
sentía ese enorme deseo por ti. He llegado al trabajo y tras aparcar he entrado
al edificio, a trabajar por supuesto. Pero cada vez que tenía tiempo no podía
evitar encontrarme pensando en ti. Estaba descentrado en el trabajo, y todo por
desearte. Por desear besar tus labios, por continuar luego besando tu cuello
con algún que otro mordisquito, mmmm. Seguro que eso te hacía gemir, de igual
forma que a mí me hacía suspirar imaginarlo.
Cada vez que he ido al
aseo me he sorprendido a mí mismo acariciándome la polla en lugar de
simplemente estar aguantándomela para orinar. Menos mal que hay puerta porque si
no mi erección habría sido evidente para todo el que entrara. Para salir del
aseo, de nuevo tenía que guardarme la polla dura con disimulo, pues no quería
que mis compañeros se diesen cuenta de cómo me estaba afectando el deseo por
ti.
Cuando he estado sentado
no he podido evitar sorprenderme acariciándome la entrepierna por encima del
pantalón. Mi mano no me respondía pues el deseo que siento hoy por ti hacía que
mi polla la llamase, que buscase sus caricias, como si en lugar de mi mano
fuera la tuya. Una compañera vino y me dijo algo, pero yo no me enteré, no
podía estar atento, mi cerebro sólo tenía capacidad para pensarte.
Mi mente no podía dejar
de pensar en ti. Te imaginaba desnuda ante mi mirada llena de deseo. Toda tu
piel desnuda ante mí. Tus pechos, esos que sabes que tanto deseo, justo delante
de mí. Sus areolas rosadas rematadas por esos dos pezones ya duros tan sólo
porque sabes que muero de deseo por morderlos, mmmm. Una de mis manos te los ha
pellizcado en el aire, seguro que un escalofrío recorrió tu espina cuando yo lo
hice, y es que yo sí noté esa descarga eléctrica al hacerlo.
Tras pasar así la
mañana llegó la hora de volver a casa. De nuevo en el coche, de nuevo
conduciendo empalmado por ti, por el deseo abrasador que hoy siento por ti. Más
roces a mi polla por encima del pantalón, mi mano no se estaba quieta, parecía
la tuya, venga a rozarme y rozarme para dejármela bien dura antes de darte lo
tuyo, lo que tú también deseas tanto. Sí, lo sé te gustaría tener mi polla para
ti en este momento, pues sé lo que te gusta una polla dura por ti, y más aún si
es la mía, mmmmm.
De nuevo he aparcado y
he subido a casa bien caliente. Pero ahora ya tenía tiempo para dar rienda
suelta al enorme deseo que siento hoy por ti. Ni siquiera he pensado en hacer
la comida, no tenía ese tipo de hambre a pesar de que desde el escaso desayuno
no había comido nada. Mi hambre no era ése, mi hambre era de ti, lo único que
yo quería comerme en ese momento era a ti, toda tu piel, que seguía ante mí
desnuda. Ahora te había girado en mi mente y podía ver tu espalda, ésa que
tanto me gustaría estar rozando ahora, como tus piernas, ésas que tanto me
atraen. Y por qué no decirlo, también podía ver tu culo. No sabes cuánto me
gustaría llevar mis manos sobre él y tras darle una palmada, apretarlo a dos
manos hasta bajar mi boca sobre él para darle unos lametones y unos mordiscos…
A toda velocidad, como
si me arrastraras de la mano, he llegado a mi cuarto de baño. Mi polla seguía
hinchada de deseo por ti, pero antes de sacarla fuera para darle la satisfacción
que ya merecía, me he acercado a mi bañera de hidromasaje, he regulado la
temperatura y, tras poner el tapón, he abierto el grifo dejando que cayera el
agua, con ese rumor tan sensual. He abierto el bote de las perlas aromáticas de
vainilla y he echado unas cuantas, ya empezaba a notar su aroma, me gusta sí…
He añadido un poco de gel para tener abundante espuma y he encendido unas velas
dejándolas alrededor de la bañera. Un último detalle, faltaba la música, así
que he puesto esa que tú ya sabes, esa que tanto te gusta y que a mí tanto me
seduce.
Ya estaba todo listo.
El ambiente estaba creado para dar rienda suelta al enorme deseo que he estado
arrastrando a lo largo de todo este día por ti. En mi imaginación tú has empezado
a desnudarme. Es cierto que eran mis manos las que lo hacían, pero sentía que
no eran las mías, sino las tuyas, las que me quitaban la ropa. Ante mí tu
cuerpo desnudo del que se alargaban los brazos para ir abriéndome la camisa con
tus dedos, poco a poco, para después acariciarme de arriba abajo, desde mi
pecho a mi abdomen, ese roce, mmmmm.
Te he ayudado y me he
sacado del todo la camisa, mientras observaba lleno de deseo tu mirada sedienta
de mí, y cómo mordisqueabas tu labio inferior observando mi torso desnudo.
Luego te has acercado más y has empezado a desabrocharme la correa, para a continuación
sacarla de un tirón y dejarla caer al suelo. Has vuelto a acercar tus manos y
me has desabrochado todos los botones de la bragueta, uno tras otro, para
después ir bajándome el vaquero mientras yo con hábiles movimientos me sacaba
los zapatos. El pantalón terminaba su camino y yo levantando primero una pierna
y luego la otra, te he ayudado a sacarlo.
Entonces te has quedado
mirando el enorme bulto que había en mi bóxer mientras me sacabas los
calcetines. Me lo has acariciado por encima de la tela, sí, era mi mano la que
lo hacía, pero yo sentía claramente que era la tuya, para después según te
levantabas lamérmelo por encima del bóxer. Es en ese momento cuando has
decidido bajármelo de golpe saltando mi polla dura fuera de él. Y así, ya
desnudo, has podido comprobar bien el enorme deseo que he estado sintiendo en
todo este día tan especial por ti. Has pasado tu mano apretando mi polla para
notar lo dura que estaba ya y te has levantado. Yo he mirado a tus ojos, y me
los he encontrado mirando los míos. Ha sido en ese momento cuando no he podido
evitar besarte apasionadamente. He pasado mis manos por tu espalda y la he
acariciado porque sé lo mucho que te gusta sentirla así, mmmmm, se ha escapado
de tus labios hacia los míos…
Hemos jugado con
nuestras lenguas, se buscaban entre nuestros labios y se rozaban lascivamente.
Según te apretaba notabas la enorme erección que me producía desearte tanto,
mmmm. Has despegado tus labios de los míos y tratando de mantenerme la mirada
te has puesto a bajar con tu lengua por mi cuello, por mi pecho, por mi
abdomen, como me iba poniendo eso, mmmm. Tu boca llegó hasta mi entrepierna y
allí has decidido ir avanzando por el tronco poco a poco hasta llegar a mi
glande. Unos golpecitos con tu lengua en tu punta hasta que te has puesto a
lamerme el capullo circularmente con ella, ¡qué placer!, mmmmm.
De repente y sin avisar
has abierto tus labios engullendo todo mi capullo morado por la excitación. No
sabes lo dura que me la pone este deseo tan intenso, mmm. Mi capullo ha quedado
encerrado en tu boca a la vez que tu lengua lo rozaba, lo lamía y me hacía
desearte cada vez más. Después has empezado a mamarme toda la polla mientras
con tu mano acariciabas mis huevos, los apretabas, los soltabas… Tu boca
avanzaba y retrocedía por toda mi verga, cada vez más dura por ti, por tu
mamada. Y así hemos estado un rato, hasta que cogiendo tu cabeza la he frenado.
Has entendido y te has levantado. Otra
vez de pie, tus labios junto a los míos, nuevo beso lleno de pasión, pero esta
vez mi mano se abría camino entre tus muslos para llegar a tu entrepierna, y,
uffff, notar ya tu coño mojado por y para mí.
Con decisión hemos
avanzado hacia la bañera, que ya estaba lista, sólo faltaba conectar el flujo
de aire y ahí estaban los chorros de burbujitas. Me has guiado hasta meterme en
la bañera boca arriba, con mi polla dura como el acero apuntando al techo. Y no
podía ser de otra forma con tanto deseo retenido por ti. A continuación te has
metido tú en la bañera, una pierna a cada lado de mi pecho, para después ir
bajando tu pelvis hasta quedar a la altura de mi boca. Yo he aceptado la invitación
y he empezado a lamer tu jugoso coño, de arriba abajo y de abajo arriba. Mi lengua
se paseaba por él mientras yo disfrutaba de tu sabor a la vez que los chorros
de burbujas masajeaban mis piernas… He seguido así, un rato comiendo ese coño
que tanto deseo, hasta que he notado ya hinchado tu clítoris, y me he centrado
en él. He sacado una mano del agua para separar tus pliegues y tenerlo ante mí,
mmmm, me gustaba sí, y me lo iba a comer.
Le he dado un par de
lametones y he visto que te gustaba mucho por tus gemidos, mmmmm, mmmm, por lo
que he seguido rozándolo, una y otra vez, sin parar, mmmm, hasta que he
empezado a rozarlo circularmente con mi lengua, con rapidez, haciéndote sentir
viva como hacía tiempo que no sentías, o eso decía tu mirada. Mirada que se
volvía a encontrar con la mía llena de deseo y de unas ganas locas de follarte,
de hacerte mía de verdad. He seguido torturando tu clítoris con lametones hasta
que he empezado a darle mordisquitos con un suave tirón. A cada uno de ellos tú
gemías, mmmm, y a mí me entraban más ganas de seguir comiéndote hasta beberte,
quería todo tu flujo sobre mí, deseaba que te corrieses para mí, y por ello te
he metido un trozo de mi lengua en tu coño cada vez más mojado, mmm.
Tras este tratamiento a
tu coño, has decidido que aún no te querías correr y acariciándome el pelo has
echado hacia atrás mi cabeza. Has empezado a descender bajando por mi torso
mojado. Según bajabas el agua iba rebosando por los bordes de la bañera, por lo
que has decidido desconectar las burbujas. El roce de tu coño por mi abdomen
mojado te ponía, eso era evidente, y a mí también, pues mi deseo por ti seguía
aumentando más si cabe. Unido a otro enorme deseo, tener mi polla dentro de tu
coño.
Con maestrías has
satisfecho mi deseo y tras deslizar tu coño hacia la punta de mi capullo has
empezado a avanzar metiéndote mi rabo. Por fin sentía hoy lo que era estar
dentro de ti, por fin mi deseo se hacía realidad. No sabes cómo deseaba follarte,
y lo deseo… Una vez la tenías toda metida dentro, te has inclinado hacia
delante. Tus tetas han quedado a la altura de mi cara y yo he aprovechado para
mamártelas. He llevado a ella mis manos y te las he empezado a estrujar y a
apretar. He acercado mi boca a una de ellas y la he besado. Tras mordisquear su
pezón, mmm, he separado los dientes y he juntado mis labios sobre él. Te he
empezado a mamar, succionando, mmmm. La otra teta tenía envidia, pero pronto le
llegó su turno. De nuevo un mordisco a su pezón duro y desafiante, para luego
mamar como si me fuera la vida en ella, mmm, mmmm.
En este momento es
cuando no has podido más y alzándote me has empezado a cabalgar dentro del
agua. Esa agua que estaba llena de espuma por arriba, sobre la cual veía tu
abdomen. Esa agua que tenía el sensual aroma de la vainilla. Pero esa agua que
en verdad olía a sexo, pues lo que en verdad notaba yo era el aroma de tu coño,
mmmm. De verdad que no te imaginas lo que deseaba tenerte así, en el agua sobre
mí, no sabes lo que deseaba estar dentro de tu coño ya mojado, no sabes lo que
te deseo… Y así seguías cabalgándome, notando yo como tu coño subía y bajaba
por mi verga ya durísima, mmmm.
Tus ojos estaban fijos
en los míos, notabas mi deseo por ti en ellos, y me lo demostrabas mordiendo tu
labio inferior a la vez que yo relamía mis labios para acabar también mordiéndome
el labio inferior. Ufffff, ¡cuánto deseo contenido! Poco a poco ibas acelerando
tu movimiento, poco a poco me dabas más placer subiendo y bajando tu coño por
toda mi polla dura, aunque en verdad era mi mano la que subía y bajaba, pero
era tan intenso, que sentía que tú estabas sobre mí de verdad…
El baile de tus tetas
mientras me cabalgabas me excitaba más. Se movían acompasadamente a tu
movimiento en una danza seductora, a la vez que notaba subir y bajar tu pecho
cada vez de forma más agitada mientras respirabas, mmmm. Mi respiración también
era más rápida, se nos escapaba algún jadeo, por lo que te movías con más
violencia sobre mí. Yo empecé a acompañar cada movimiento de bajada tuyo con
una embestida mía. De esa forma, cada vez que tu coño descendía por mi verga,
mi empujón la metía hasta el fondo, sacándote
un gemido mayor al chocar mis huevos contra tu entrepierna, mmmmmm. A la
vez el agua iba saltando más y más por los bordes de la bañera. Era tanto el
deseo que sentía por ti, ufffff.
Y así, a la par que tus
subidas y bajadas, a la par que mis embestidas profundas, nuestros gemidos
aumentaban de volumen, mmmmmm. Cada vez estaban más cercanos, mmmm, mmmmm,
mmmm. Todo anunciaba que pronto nos íbamos a correr, todo anunciaba que el fruto
de mi enorme deseo por ti estaba próximo a serte entregado. Como así fue. Tus
jadeos se han juntado que parecían uno mezclados con tus gemidos, mmmmmmmmm,
cuando en una de las bajadas de tu coño, te he notado estremecer, y he notado
como entre gemidos te corrías sobre mí, mmmmmm.
Tu coño ha empezado a
apretar y aflojar sobre mi polla más intensamente a causa de tu orgasmo, he
notado como tus piernas temblaban y se apretaban a mi cintura, mmmmm. Y es por ello
que yo tampoco he podido aguantar más y me he corrido entre gemidos, mmmmmm,
mmm, mmmmmm… El fruto de mi enorme deseo de hoy por ti por fin salía, mmmmm. Un
buen chorro de leche caliente ha entrado en tu coño mojado y lo has sentido
pues tu cara se tornó aún de más placer. Un buen chorro de leche caliente ha
saltado de mi polla por encima de la espuma para caer de nuevo sobre ella,
mmmmm, para ser acompañado por otros chorros, pues he tenido una gran corrida,
toda dedicada a ti, pues tú eres por quien me he corrido con gran placer,
mmmmmm.
Tras correrme me he
quedado relajado, tumbado en la bañera, pero mi erección apenas ha bajado. Mi
deseo por ti seguía vivo. Tenía la polla todavía dura, pues había tenido mucha
excitación, y cuando eso me pasa, aunque me corra abundantemente, como he hecho,
se me queda dura esperando repetir. Pero ya era tarde, he salido de la bañera y
me he sentado en su borde, con mis pies en la alfombrilla.
Y así es como me
encuentro, aquí sentado escribiéndote todo esto con el móvil en la mano. Mi
polla sigue más que dura por ti, por el deseo que mantengo por ti a pesar de
haber bautizado el agua de la bañera con mi leche caliente. Pero es que saber
que tú lo estás leyendo ahora, que tu coño se habrá mojado mientras lo leías, y
que puede que te hayas corrido pensando en mí, como yo lo he hecho pensando en
ti, mantiene mi deseo a tope, mantiene mi polla dura por ti…
Es por ello que te pido
en este día especial para ti, en este día en que debes estar notando el
ardiente deseo que me consume por ti, porque seguro que tras leer mis palabras
lo sientes, que atiendas a mi provocación, que pienses en mi erección, y que
vengas y me ayudes a bajarla, que me hagas correrme de nuevo, darte toda mi
leche… Pero esta vez sin imaginación, esta vez de verdad.
Así pues, ¿te atreves a
apagar mi llama?, ¿te atreves a soplar y acabar con mi deseo por ti hasta que
vuelva a renacer? Espero que me cuentes lo que has sentido al leerme y que tu
respuesta sea afirmativa. Ven y apágame…
Me gusta y me excita que me desees. Me tienes muy excitada y de echo me estoy preparando la bañera para dar rienda suelta a tu relato. Sigue escribiendo y calentándome. Besos
ResponderEliminar¡Hola Anónima!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Me encanta que te hayas sentido deseada por mí gracias a mis palabras. Ésa era mi intención. Si tan excitada estás tal vez deba ir y acompañarte en esa bañera tan caliente que te has preparado...
Besos morbosos.
Eros
Me has puesto muy muy muy muy muy mojada, no tengo bañera pero tengo tu verga esperandome en mi armario deseando k la sake, esta va x ti
ResponderEliminar¡Hola Anónima!
ResponderEliminarMe alegra haber conseguido mojarte tanto y no precisamente con agua claro... Espero que la verga que tienes en el armario sea una de esas de plástico y no la mía. Además, acabo de mirar dentro de mi bóxer y sigue dentro la mía, ja, ja, ja.
Bueno, espero que hayas disfrutado ésa que dices que me has dedicado, y gracias por hacerlo. No hay nada que me llene más que saber que las palabras que he escrito calientan tanto a alguien como para llegar a eso...
Besos morbosos.
Eros
Eso kisiera yo k hubiera sido la tuya, ten x seguro k no la guardaria en mi armario. Mas bss para ti
ResponderEliminar¡Hola de nuevo Anónima!
ResponderEliminarSi hubiera sido la mía seguro que también habría sido placentero, con ese toque especial que da la carne, y no el plastico... No es para guardarse en armarios ni cajones no.
Muchas gracias por tus comentarios.
Más besos morbosos.
Eros